Cáncer de piel: ¿Cómo proteger a los chicos?

Los chicos, por sus actividades diarias, están más expuestos al sol: juegan en los campos de deporte, en la plaza y salen a pasear. Esa exposición no es gratuita. En los menores de un año, el calor del sol puede provocar deshidratación como consecuencia de la transpiración. Además, los bebés pueden sufrir golpes de calor y quemaduras que, en esta etapa de la vida, se asocian con un mayor riesgo de padecer melanoma maligno durante la adultez.

La buena noticia para los padres, tíos y abuelos es que hay varios métodos eficaces y sencillos de protección. La clave es evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16 hs, cuando la sombra que proyecta el cuerpo sobre el piso es más larga que la estatura (sombra larga es bajo riesgo y sombra corta es alto riesgo). Elegir la sombra, usar sombreros de ala ancha, remeras de manga larga y lentes de sol son otras medidas eficaces de protección.

Los protectores solares de amplio espectro (UVB-UVA) y factor de protección mayor a 30 tienen un gran poder de protección porque absorben, reflejan y dispersan la radiación ultravioleta.

Desde la Sociedad Argentina de Dermatología sugerimos no exponer al sol, sea en forma directa o indirecta, a los niños menores de 1 año. Ante exposiciones ocasionales, a partir de los 6 meses de vida y hasta los 2 años, se pueden emplear protectores solares en pequeñas áreas que no puedan ser protegidas de otra forma utilizando ropa o resguardándose a la sombra. Después de los 2 años el uso de protectores no tiene diferencias con los adultos: las recomendaciones y recaudos son exactamente los mismos.

¿Sólo se debe proteger la piel en verano?

Durante esta estación es cuando los niños están aún más expuestos al sol. Las familias pasan más tiempo al aire libre y además van a la playa o a la pileta. Es por eso que se deben duplicar los resguardos. Por ejemplo, cuando los niños están más en contacto con el agua, hay que volver a aplicar la protección cada dos horas con la piel seca.

Sin embargo, el cuidado de la piel no es exclusivo del verano. Las nubes, la nieve y el agua reflejan las radiaciones, por lo que los métodos de prevención se deben llevar adelante de forma constante y habitual durante todo el año.

Algunos de los métodos de prevención son: aplicar abundante cantidad de protector solar, de amplio espectro (que proteja contra UVB-UVA), con FPS (factor de protección solar) 30 o mayor. Cubrir toda la piel expuesta y hacerlo al menos 30 minutos antes de la exposición o de meterse al agua y re-aplicar cada 2 horas.

Para saber qué cantidad de crema es necesaria aplicar se puede utilizar “la regla de las 11 cucharadas”. Se toma como unidad de medida la capacidad del hueco de la mano de un niño (en un adulto equivaldría a una cucharada de té). Se debería utilizar:

– 1 medida para toda la cabeza y el cuello;

– 2 medidas para la parte anterior del tórax y el abdomen;

– 2 para toda la espalda;

– 1 más para cada brazo, antebrazo y mano;

– 2 para cada miembro inferior.

Por ser una de las fuentes naturales de Vitamina D, el sol es un aliado que ayuda a nuestro cuerpo a absorber calcio y beneficia el sistema nervioso, muscular e inmunitario. La promoción de hábitos de protección solar en la infancia, que enseñan los efectos beneficiosos y perjudiciales del sol y cómo utilizar los fotoprotectores, es fundamental para tener adultos más sanos.

Por Dr. Politi Andrés – Miembro SAD

 

Fuente: https://tn.com.ar/salud/pediatria/cancer-de-piel-como-proteger-los-chicos_1010399

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