¡A ponerse a punto para las vacaciones!

¡A ponerse a punto para las vacaciones!El contagio de infecciones, las consecuencias negativas y molestas de la exposición solar y por qué no las picaduras de insectos pueden hacer peligrar el disfrute y la diversión de las vacaciones. Para prevenirlo, es importante tomar ciertas precauciones.

Diciembre, enero, febrero e inclusive marzo son meses de vacaciones por excelencia. Si bien a priori todo puede parecer disfrute, gozo y diversión es importante que tanto grandes como chicos tomen en cuenta ciertas precauciones, sobre todo cuando los destinos son lejanos y exóticos, situación que favorece el contagio de enfermedades propias de cada región.

En cualquier caso y sea el viaje largo o no, hay que tener en cuenta que la exposición a agentes físicos como el sol o a agentes infecciosos provoca situaciones de riesgo que pueden ser prevenidas, siempre y cuando se cuente con información sobre el destino y sus características, pero también con la opinión de un especialista que evalúe el estado de salud de cada uno de los que viajan.

“En líneas generales es conveniente que la consulta se realice al menos 8 semanas antes de partida ya que, por ejemplo, muchas vacunas indicadas para algunos destinos una vez aplicadas requieren cierto tiempo para brindar la inmunización necesaria. Si esta anticipación no fuera posible, igualmente hay que cumplir con la consulta médica que será de gran utilidad para aclarar las dudas”, esgrimió el Dr. Rodolfo Ernesto Quirós, Jefe del Servicio de Infectología, Prevención y Control de Infecciones del Hospital Universitario Austral (HUA), institución que cuenta con un consultorio especializado en Medicina del Viajero, cuyo equipo está conformado por las Dras. María Casanova, Guillermina Kremer y María Laura Pereyra Acuña y por el Dr. Quirós.

Los alimentos, seguros

La cuestión del consumo de alimentos y bebidas no es menor, ya que por estas vías pueden contraerse patologías como la diarrea del viajero, la fiebre tifoidea y la hepatitis A.

Para reducir el riesgo, es aconsejable:

-Beber solamente agua potable.

-Comprar agua embotellada de marca conocida.

-Potabilizar el agua hirviéndola o mediante el agregado de pastillas potabilizadoras.

-Utilizar agua potable para cepillarse los dientes.

-Evitar consumir hielo.

-Consumir alimentos bien cocidos y preferentemente calientes (sobre todo la carne y el pescado).

-Evitar comer verdura cruda en ensaladas.

-La fruta es mejor comprarla entera y pelarla uno mismo con las manos limpias.

-Evitar consumir alimentos en puestos de venta callejeros.

-Consumir alimentos que sean de la cadena de comercialización, y no de elaboración casera.

-No tomar leche ni comer productos lácteos que no hayan sido pasteurizados.

Cuidado con las picaduras y el sol

Otros dos temas que no deben librarse al azar son la prevención de las picaduras de insectos, y el exceso de sol. “En el primer caso es importante recurrir a productos autorizados –repelentes- pero también a mosquiteros. Esto es vital en zonas en las cuales hay malaria o dengue”, refirió Quirós.

En cuanto al sol, lo más recomendable es no exponerse entre las 11 y las 16 horas, y fuera de ese rango hacerlo por lapsos de 20 minutos. También utilizar sombrero de ala ancha y anteojos de sol que protejan de la radiación ultravioleta y protector solar con FPS (factor de protección solar) 15 como mínimo. Éste debe aplicarse 30 minutos antes de exponerse al sol y re-aplicarse cada 3 o 4 horas, recordando además utilizarlo también los días nublados.

“Por último, hay que beber abundante cantidad de líquidos para compensar la pérdida de agua por la sudoración, hidratar la piel luego de la exposición solar, evitar medicamentos o cosméticos que puedan sensibilizar la piel; y tener siempre en cuenta que los recién nacidos y niños pequeños no deben exponerse al sol independientemente del tipo de piel”, completó el especialista.

Algunos consejos prácticos

-Infórmese sobre el destino al que viajará (por ej. cómo se preparan las comidas, cuál es el estado del agua, y qué servicios médicos están disponibles).

-Controle su estado de vacunación antes de la partida (vacunas habituales).

-Lleve una tarjeta identificatoria con las enfermedades que padece y el listado de alergias a medicamentos si las tuviera.

-Recuerde llevar suficiente cantidad de los medicamentos que utiliza habitualmente, considerando el tiempo de su estadía y un eventual período adicional, si por cualquier circunstancia se viera en la necesidad de retrasar su retorno (por ej.: pérdida de vuelo, cambio de itinerario, etc.).

-También deberá llevar las recetas de los medicamentos que está recibiendo, con el nombre de las drogas originales.

-Lleve consigo un botiquín de primeros auxilios con medicamentos y otros elementos útiles para prevenir y tratar determinadas enfermedades.

-Es recomendable contratar un servicio de asistencia médica internacional.

-Ascienda gradualmente en altitud para evitar el “mal de altura”, no realice actividad física intensa y descanse adecuadamente.

-Evite el jet-lag (síndrome producido por el cambio de husos horarios) descansando adecuadamente al llegar a destino y exponiéndose a la luz solar para ajustar el reloj biológico interno.

-Tenga en cuenta que las actividades recreativas en el agua y en la playa pueden ser riesgosas si se realizan sin las precauciones adecuadas

-Sea cuidadoso con la fauna marina, ya que las inmersiones en agua de algunos ríos o lagos pueden ser fuente de enfermedades.

-Evite ser agredido por animales, ya sean salvajes o domésticos. Para eso, no se acerque o intente tocarlos ni les ofrezca alimento, ya que éstos pueden causar daño significativo, ser ponzoñosos o transmitir enfermedades como la rabia.

Al volver a casa

Al regresar de sus vacaciones es aconsejable realizar una consulta médica con un especialista si se visitaron áreas rurales, destinos tropicales o subtropicales, áreas subdesarrolladas, o si se realizaron actividades con exposición intensa a la naturaleza (cazadores, turismo aventura).

“También hay que ir al médico ante la presencia de un síntoma que no existía antes del viaje, o habiendo recibido tratamiento en las vacaciones debido a alguna enfermedad. Por último, otro indicador de que hay que consultar es la fiebre. Si hay temperatura durante o después del viaje (hasta 3 meses después), la consulta es indispensable”, concluyó Quirós.

Contacto:

*Dr. Rodolfo Ernesto Quirós

Jefe del Servicio de Infectología, Prevención y Control de Infecciones

Hospital Universitario Austral

RQUIROS@cas.austral.edu.ar

Fuente:  http://www.hospitalaustral.edu.ar/novedad.asp?iNoticia=1022

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