El sedentarismo, una pandemia que tiene solución

La recomendación de hacer actividad física no tiene como única razón la certeza de que genera bienestar porque libera endorfinas, las hormonas conocidas popularmente como las de la felicidad, reoxigena el sistema cardiovascular y ayuda a bajar kilos de más.

Poner el cuerpo en movimiento tiene un sentido mucho más profundo ya que previene las consecuencias de la pandemia del sedentarismo.

Según el médico especialista en medicina del deporte, Néstor Lentini, exdirector del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), el sedentarismo se lleva la vida de 3,2 millones de personas en el mundo, cada año.

En el marco de la Jornada Internacional por el día mundial de la Actividad Física y la Salud que organizó la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), hace 10 días, Lentini sugirió que el sedentarismo puede considerarse una enfermedad ya que tiene síntomas, signos y causas; condiciona otras patologías más serias y tiene tratamiento.

Síntomas

Las principales manifestaciones del sedentarismo son: sensación de fatiga continua, dolor generalizado, apatía, trastornos del sueño y síntomas metabólicos.

Estos malestares, a su vez, desalientan aún más la realización de actividad física, es decir, se convierte en un círculo vicioso.

“El sedentarismo, como enfermedad, conlleva la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT)”, subrayó Lentini en su charla.

La buena noticia es que, cuando el cuerpo se pone en movimiento, está comprobado que el pronóstico de otras patologías asociadas mejora de manera considerable. “El hipertenso o el hipercolesterolémico disminuyen su medicación específica, y el diabético tipo 1 requiere menos insulina”, ilustró en ese sentido el especialista en actividad deportiva.

Mejor en movimiento

Es sedentario quien hace nula actividad física o tan insuficiente que gasta menos de dos mil calorías por semana y el mal que sufre produce más muertes que el tabaco, los accidentes de tráfico, la contaminación ambiental, los suicidios y la delincuencia. La causa es que favorece la aparición de enfermedades en el corazón, el desarrollo de distintos tipos de cáncer y la obesidad.

“Cuando nos sentamos, hay una compresión de los vasos sanguíneos, menor aporte de oxígeno y glucosa; mayor dificultad para eliminar los residuos celulares y mayor nivel de fatiga”, enumeró Lentini. Además, señaló que se reduce el movimiento muscular (en especial de cuello y hombros) y se tienden a comprimir los discos invertebrales, lo que genera trastornos en el cuello, la espalda dorsal y la zona lumbar. Asimismo, surgen alteraciones cardiovasculares y disminuye tanto la movilidad, como la eficiencia cardíaca y pulmonar; aparecen los problemas digestivos y aumentan las chances de sufrir osteoartrosis de rodilla.

El metabolismo y los vasos sanguíneos también se ven afectados cuando la persona está sentada en una posición más o menos permanente. Por eso, no sólo es importante hacer actividad física, sino también evitar pasar gran parte del día en una silla. Vale la pena trabajar un rato parado, hacer pausas para estirar las piernas y salir a caminar durante, al menos, media hora diaria.

 

Beneficios de la actividad

Basta comenzar a hacer ejercicio para que en el cuerpo y en la mente se reviertan algunos de los malestares producidos por la inactividad.

Entre los beneficios más destacados, vale mencionar: mejora en la movilidad articular y la fuerza muscular, disminución de la presión arterial, baja del riesgo de morir por cardiopatía coronaria y de desarrollar diabetes, hipertensión y cáncer de colon, mejora en los síntomas de la depresión (o las posibilidades de sufrirla) y alivio del estrés y aumento del desempeño académico y la productividad.

Especialistas como Lentini recomiendan realizar entre dos y tres veces por semana ejercicios de estiramiento, abdominales y con carga (pesos livianos) de tres a cinco veces por semana, andar en bicicleta, caminar unos 5,5 Km. por hora, nadar, bailar o practicar deportes como el fútbol o el tenis. Y, todos los días, hacer actividades accesibles relacionadas con la vida cotidiana, como empujar un carrito de supermercado, caminar al trabajo, subir escaleras y jugar con los niños. Siempre, por lo menos, durante media hora.

Es clave que la actividad física no sea ni insuficiente ni excesiva. “Para la salud, lo importante es que sea adecuada, unos 30 minutos diarios. Eso ya disminuye entre un 20 por ciento y un 30 por ciento el riesgo de muerte”, afirmó finalmente Lentini.

Caminata, accesible para la mayoría

Es el más simple y económico de los ejercicios físicos. La pueden realizar prácticamente todas las personas, salvo que tengan problemas importantes en tobillos, rodilla o cadera. Es considerada una actividad aeróbica, útil para movilizar huesos y articulaciones. Es recomendable un mínimo de media hora por día.

 

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/salud/el-sedentarismo-una-pandemia-que-tiene-solucion

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