Regular el consumo de sal de mesa

Regular el consumo de sal de mesaSe sancionó la Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sodio. El objetivo es lograr, a través de una serie de medidas, que la población reduzca el consumo de sal de mesa durante las comidas.

De acuerdo con un comunicado emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, el objetivo de esta norma es disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión, reduciendo el contenido de sodio que contienen los alimentos procesados y eliminando los saleros de los locales de venta de comida. Así, deberán fijarse advertencias en los envases sobre los riesgos del consumo excesivo de sal y fijar el tamaño máximo para los sobres de sal en 500 mg.

¿Qué medidas deberán implementar los locales de gastronomía? Los locales de comidas tendrán la obligación de ofrecer a sus clientes, en primera instancia, sales modificadas con bajo contenido de sodio.

Se estima que, a través de la implementación de esta nueva ley, el consumo diario de sal de los argentinos bajará de los 11 – 12 gramos (lo que se calcula consume un argentino promedio) a los 5,5 gramos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como el máximo saludable.

“La sal común de mesa se compone de una combinación de cloruro y de sodio, hallándose en 1 gramo de sal (1 cucharada de té al ras) unos 400 mg de sodio.

La recomendación sugiere que se consuma entonces aproximadamente 2400 mg de sodio, es decir 6 cucharadas de té. Si se lo analiza es una cantidad más que suficiente para la saborización de las comidas, siendo el mayor inconveniente en la mayor parte de las personas no solamente el uso excesivo del salero sino especialmente la sal oculta en los alimentos”, explicó la Dra. Carol Kotliar, Directora del Centro de Hipertensión del Hospital Universitario Austral (HUA).

En cuanto a las recomendaciones, la especialista aclaró que es muy importante leer las etiquetas a la hora de decidir qué adquirir, y qué consumir. “A veces nuestros pacientes hacen esfuerzos y logran una restricción del uso de la sal pero persisten con cantidades muy altas de su ingesta sin saberlo, según lo podemos determinar a través de un análisis de su excreción urinaria de sodio”, detalló Kotliar. Y agregó: “Es cierto que no todas la personas son afectadas de similar manera por el exceso de sal, ya que podría identificarse en cada uno un patrón de sensibilidad diferente. Esto se explica por la respuesta de aumento de presión arterial luego de la ingesta de una carga de sal en algunos mientras no sucede en otros”.

En relación a esto, la Dra. Kotliar refirió que los valores de 10 a 12 gramos diarios son biológicamente desfavorables ya que para su metabolización requerirán de la activación de sistemas hormonales y neurales que no se activarían de igual manera en condiciones normales.

El impacto del exceso de sal sobre las arterias de todo el organismo predispone al desarrollo de arterioesclerosis, entendida como aumento de la rigidez de las paredes arteriales. Y esta misma arterioesclerosis es el mecanismo de incremento del riesgo de padecer un accidente cerebrovascular, infarto de miocardio, insuficiencia renal, entre otros eventos que alterarían la calidad y la cantidad de vida.

Según la especialista en hipertensión, la acción de la sal en exceso es como lavar una prenda con agua salada o con agua dulce, con la primera quedará rígida, tiesa; tal como van quedando las arterias con el exceso de sal.

Fuente: http://www.hospitalaustral.edu.ar/novedad.asp?iNoticia=1020

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