Padre al teléfono: cuándo llamar al pediatra

La proliferación de los teléfonos celulares y la conectividad global han derivado en el uso de esos dispositivos tecnológicos para consultas médicas, lo que constituye la expresión más elemental y extendida de telemedicina. La llamada telefónica supone un medio inmediato, de fácil acceso, que en muchas ocasiones puede evitar a los padres visitas innecesarias al centro de salud, orientando, optimizando y jerarquizando la demanda asistencial. Su función primaria es valorar el grado de urgencia de una situación y dar instrucciones de manejo inicial de la misma.

Recientemente, la Asociación Americana de Medicina publicó una guía sobre el uso ético de las redes sociales para los médicos, en la que se advierte que los profesionales pueden sacar provecho de este medio para hacer difusión y prevención, pero que deben ser especialmente cuidadosos en el modo en que administran la relación con sus pacientes.

Los formatos de este tipo de consulta no presencial pueden resultar variados: llamados directos, mensajes escritos, chats por redes sociales (WhatsApp, Facebook, Twitter), entre otros. A través de estos medios, se puede establecer un contacto con los padres, con algunos de los siguientes objetivos:

  • Comentar sobre la evolución de una enfermedad por la cual se consultó en forma reciente.
  • Reportar algún efecto secundario de los medicamentos prescritos.
  • Aclarar dudas relacionadas con temas médicos
  • Notificar un problema médico nuevo. Los pacientes conocidos generalmente llaman al médico de confianza para manifestarle la aparición de un síntoma o una enfermedad nueva. Esperan una orientación sobre lo que deben hacer, para lo cual el médico debe tomar la decisión más acertada interrogando con detenimiento los síntomas o signos de peligro o cualquier problema que pueda poner en riesgo la vida del niño.
  • Aprovechar para solicitar exámenes de laboratorio previos a la cita médica

A su vez, los propios médicos pueden comunicarse por estas vías con los pacientes con algunos de estos fines descriptos a continuación.

  • Preguntar sobre la evolución de las enfermedades de sus pacientes.
  • Planear su agenda diaria y citas.
  • Hacer promoción de sus servicios y prevención de enfermedades.

Beneficios y riesgos

Muchos pediatras consideran el teléfono como un arma de doble filo. Coinciden en que las comunicaciones instantáneas son una gran ayuda para ellos y los pacientes; de hecho, sirven para resolver las cuestiones más básicas y descomprimir guardias y consultorios. Sin embargo, también hay abusos: hay profesionales que se sienten acosados y agobiados por los permanentes mensajes y las imágenes que reciben a cada momento.

Las ventajas del teléfono son numerosas, pero no está exento de cuestiones conflictivas.

Dentro de las ventajas se pueden enumerar:

  • Permite una comunicación rápida entre el médico y el paciente, lo cual posibilita solucionar problemas y evitar a veces el desplazamiento innecesario.
  • Sirve para aclarar las dudas de los padres.
  • Extiende la disponibilidad más o menos inmediata del médico, lo cual genera tranquilidad y amparo a la familia.
  • Permite al profesional conocer la evolución del paciente, poniéndolo al tanto de los cambios que ocurren en su entorno natural.
  • Evita visitas innecesarias al médico, especialmente en caso de epidemias.
  • Puede utilizarse para recomendar el abordaje inicial de problemáticas simples.
  • Contribuye dar a conocer síntomas de peligro que reclaman una atención precoz.
  • Se presenta como un eficiente sistema de registro de signos y síntomas, ya que un celular siempre está al alcance de la mano. Poder sacar una fotografía, un video o un audio son ventajas al momento de ilustrar al médico detalles que son difíciles de expresar en palabras.

Pero no son pocos los inconvenientes o desventajas que la consulta telefónica acarrea:

  • Las apreciaciones de los padres pueden no ser una referencia exacta o válida para definir el tipo de problema que padece el niño.
  • No existe la posibilidad de corroborar los síntomas con el examen físico.
  • Quita la oportunidad de evaluar integralmente al niño y priva de hacer recomendaciones en otros aspectos de su salud
  • Interrumpe la tarea asistencial o la vida privada del médico.
  • Desaparece el significado de la comunicación no verbal como los gestos, posturas y actitudes que tienen una importancia más precisa que la de las palabras.
  • Conlleva un riesgo médico-legal: habitualmente las indicaciones telefónicas no se registran en la historia clínica.
  • Implica una actividad no remunerada, aunque en los últimos tiempos algunos profesionales están implementando un sistema de cobro: envían a sus pacientes una factura vía mail con los honorarios que deberán abonar la próxima vez que concurran al consultorio. Es una manera de hacerles saber que su tiempo y su saber valen.
  • En el caso de los mensajes escritos, está en riesgo la seguridad y la confidencialidad, ya que pueden ser leídos por terceros.

¿Qué opinan los médicos?

La consulta telefónica es una herramienta especialmente útil en el seguimiento del paciente crónico o recientemente examinado, particularmente cuando vive en un lugar distante del centro de referencia. Pero su uso extendido e indiscriminado resulta invasivo para los profesionales, que muchas veces se ven desbordados e imposibilitados de dar respuesta.

Según algunas fuentes, la consulta médica a distancia crea incertidumbre entre los profesionales sanitarios, con un alto nivel de insatisfacción con la propia respuesta. Más del 50 por ciento de los profesionales sanitarios ven esta práctica como algo arriesgado y sólo útil en casos muy concretos; en cambio, más del 30 por ciento tienen incorporada esta herramienta en su actividad diaria aprovechándola de forma correcta y optimizando recursos.

Recomendaciones

  • Es importante que los médicos eduquen a los pacientes en el uso apropiado de la consulta telefónica. Para ello, deben reconocer que muchas veces no podrán ser atendidos inmediatamente.
  • Las situaciones urgentes no pueden resolverse a distancia, ya que requieren de una asistencia directa.
  • Los pacientes deberán reconocer que no todo puede resolverse por vía telefónica, sea porque no se aportan datos para que se brinde una opinión responsable o porque la complejidad de la respuesta requiere una relación “cara a cara”.
  • Es preferible recurrir a mensajes telefónicos que el profesional pueda atender según la disponibilidad de su tiempo. En tal caso, han de formularse preguntas puntuales, evitando diálogos o intercambios, ya que estas situaciones habilitan la necesidad de una consulta presencial.
  • Es necesario que los pacientes reconozcan que los médicos tienen vida personal, por lo que recurrirán a la consulta telefónica ante una situación extrema.
  • Las respuestas a dudas o cuestiones menores deberán esperar a los encuentros presenciales, para los cuales es conveniente que los pacientes realicen la “preconsulta” en su domicilio anotando todas las preguntas que quisieran formularle para que sean abordadas (sin olvidos) en la entrevista.

Por Mario Polacov, Médico pediatra

 

 

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/salud/padre-al-telefono-cuando-llamar-al-pediatra

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