Bajar de peso no es sencillo: el adelgazamiento saludable es gradual y requiere importantes cambios en la conducta, mejorando la alimentación e incorporando una rutina de ejercicios. Muchas de las personas que se embarcan en esta misión bajan los brazos antes de alcanzar sus objetivos. Y muchas de estas personas señalan a un único culpable: el metabolismo.
A pesar de que el metabolismo es un concepto de uso frecuente, no muchas personas entienden del todo cómo funciona el metabolismo y si realmente tiene un rol esencial a la hora de adelgazar. Por lo general, la idea básica que se maneja es que una persona con metabolismo lento tiende a engordar, mientras que un individuo con metabolismo rápido suele ser delgado.
¿Qué es el metabolismo?
No es errado ligar al metabolismo con el modo en que nuestro organismo procesa los alimentos. Hasta ese punto la noción es correcta. Sin embargo el metabolismo no es necesariamente el culpable del sobrepeso. ¿Cuál es el factor clave a tener en cuenta? La cantidad de alimentos consumidos. La ecuación es sencilla: cuando incorporamos más calorías de las que quemamos, subimos de peso. Cuando la relación es inversa, adelgazamos.
En términos simples, el metabolismo es el proceso a partir del cual nuestro cuerpo transforma en energía lo que comemos. Se trata de un proceso muy complejo que conjuga alimentos y líquidos ingeridos con el oxígeno para que nuestro cuerpo pueda cumplir funciones básicas, como el movimiento, y aquellas funciones esenciales, como la respiración, el ajuste en el nivel de hormonas, la regulación de la digestión y la coagulación de la sangre.
En definitiva, el metabolismo establece la velocidad a la cual quemamos las calorías ingeridas. Esta velocidad es denominada metabolismo basal.
¿Qué variables inciden en la velocidad a la cual quemamos las calorías?
Son incontables los factores que entran en juego en la ecuación que determina la velocidad a la cual quemamos calorías, pero entre las variables principales encontramos:
– Sexo: los hombres queman más calorías que las mujeres debido a que tienen más músculo y menos grasa corporal.
– Musculatura: mientras más músculo tengamos, más calorías se queman, incluso en reposo.
– Edad: con el paso de los años, la masa muscular suele ser sustituida por grasa, por lo que se reduce la quema de calorías.
– Altura y contextura: un individuo de gran estatura y buena masa muscular quema calorías a mayor velocidad.
– Procesamiento de los alimentos: aproximadamente el 10% de las calorías que se queman responden a actividades básicas, como la digestión, absorción, transporte y almacenamiento de los alimentos que consumimos a diario.
– Actividad física: toda la actividad física que realizamos quema calorías.
¿Es posible mejorar el metabolismo?
Es importante entender que muchos de los factores antes mencionados están fuera de nuestro control, pero algunos de ellos sí pueden modificarse. ¿Cómo? La respuesta es simple y seguramente poco agradable para quienes buscan adelgazar con fórmulas mágicas: hacer ejercicio. Y es que la actividad física, como el ejercicio aeróbico, quema calorías, mientras que el levantamiento de pesos incrementa la masa muscular, algo que a mediano plazo ayuda a acelerar el metabolismo.
Otra forma de “darle una mano” a nuestro metabolismo, aunque menos efectiva que la anterior, es comer pequeñas porciones de comida más frecuentemente. Incorporar este simple hábito ayuda a mantener el metabolismo activo y quemando calorías. Lógicamente lo recomendable es ingerir alimentos saludables, optando principalmente por productos ricos en proteínas y bajos en calorías.
En conclusión, para adelgazar es necesario comer sano y variado, siendo inteligentes a la hora de elegir nuestros alimentos, y hacer el esfuerzo de realizar actividad física periódicamente.
Fuente: http://www.salud.com.ar/es/la-relacion-entre-peso-y-metabolismo-clave-para-adelgazar.html
