Unos 40 mil argentinos mueren al año a causa del cigarrillo.
“Si hubiera sabido lo que me iba a costar dejar de fumar, jamás habría empezado”, dicen muchos de los que, iniciados desde muy chicos en el consumo de tabaco, luego tratan de abandonar la adicción con altísimos costos. Prueba de eso es el resultado de una encuesta local a la que accedió ayer La Capital y que revela que, de cada cien jóvenes que intentan cortar con el pucho, sólo 35 lo logran, pese a que el 97 por ciento es consciente de los graves daños que causa. Otro dato revelador de los patrones del tabaquismo joven en Rosario es que la edad de inicio es inequívocamente temprana: de cada diez fumadores, ocho arrancaron entre los 14 y los 17 años.
La encuesta fue realizada por el equipo del diputado nacional Fabián Peralta (GEN) durante los últimos días y en distintos puntos de Rosario, sobre un universo de 400 personas de ambos sexos de entre 15 y 35 años. La mitad de ellas reconocieron ser fumadoras.
Aunque el sondeo se centra en el tabaquismo, una de las preguntas amplía el abanico al concepto más amplio de “sustancias” e interroga a los jóvenes sobre si “alguna vez” intentaron dejar de consumir. La respuesta divide al universo por la mitad: el 50,5 por ciento dice que sí, mientras el 49,5 por ciento restante lo niega.
Lo cierto es que, además, entre quienes se atreven a intentarlo, la tasa de perseverancia en la abstinencia es de sólo el 35 por ciento. Y eso a pesar de que casi todos, el 97 por ciento, admite tener conocimiento de los graves problemas de salud que acarrea el “vicio”
Al respecto, Peralta, quien integra la comisión de Prevención de Adicciones de Diputados, recordó que aunque el Congreso nacional aprobó hace años la llamada ley antitabaco (Nº 26.687), “aún quedan aspectos por legislar”.
Por ejemplo, para que el Estado logre incidir sobre la composición química del cigarrillo. Según el legislador, el nivel de “reincidencia” se vincula con “los porcentajes de alquitrán, nicotina y monóxido de carbono de los productos elaborados con tabaco”. Por eso, dijo “acompañar” un proyecto de su colega Marcela Rodríguez (Democracia Igualitaria y Participativa) que apunta a disminuir esos índices.
Otros ítems sobre los que indaga la encuesta son la edad y las circunstancias de inicio en el consumo del cigarrillo. Las respuestas fueron inequívocas: el 80 por ciento admitió haber dado sus primeras pitadas entre los 14 y los 17 años. Los varones, apenas un poco antes que las chicas.
Las primeras experiencias se dieron entre amigos, ya que siete de cada diez fumadores dijeron haberse iniciado en grupo y sólo dos de cada diez, solos. La frecuencia de consumo también se reveló mayoritariamente diaria.
Letal. “El consumo de tabaco está naturalizado y el hecho de que sea legal crea la falsa sensación de ser menos nocivo que las sustancias ilícitas”, reflexionó Peralta, convencido de que si bien se ha avanzado “en algunas cuestiones preventivas, todavía hay 40 mil argentinos por año que mueren” a causa del cigarrillo.
Eso se debe a que “el humo de tabaco contiene unos 4 mil productos químicos”, de los cuales “se estima que 250 son perjudiciales para la salud y más de 50, cancerígenos”.
A nivel mundial, recordó el diputado, el cigarrillo tiene “devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, económicas y ambientales” y “hoy es responsable de más de 5 millones de muertes por año”. De hecho, también es la “primera causa” de los decesos prematuros evitables.
