El padre de Javier esta sentado en la puerta del hospital Pedro Lagleyze. Mira al piso y repite “mi hijo está grave”. Javier tuvo que ser operado del ojo derecho. Según su padre intentó separar dos chicos que se estaban peleando y un joven le pegó con un cinturón. La punta de la hebilla se le clavó en su ojo. “En un 90% puede perder parte de su visión. Sólo confío en la grandeza de Dios para que mi hijo no pierda la vista. Es increíble que nos vuelva a ocurrir algo tan tremendo”, dice su padre y cuenta que hace cuatro años, un 31 de diciembre, su hijo perdió la visión del ojo izquierdo por el impacto de un corcho. Javier es uno de los nueve pacientes que fueron operados de urgencia en Capital tras los festejos de Año Nuevo y corren peligro de perder la vista. En total más de 200 personas sufrieron heridas (la mayoría, quemaduras por el uso de pirotecnia) durante la madrugada de ayer. La mitad fueron menores.
“Antes de los festejos ya habíamos realizado dos cirugías. Un nene de 14 años que llegó al hospital solo con un estallido de su globo ocular. Nos comentó que había metido un petardo adentro de una botella. También atendimos a un nene de siete años que en su ojo ingresó parte de un cohete. Y un nene de tres con un corte en su párpado”, dijo a Clarín Fernando Pellegrino jefe de guardia del Hospital Oftalmológico Santa Lucía; donde de los 41 lesionados atendidos, seis requirieron tratamiento quirúrgico y cinco de ellos tienen pronóstico negativo, lo que implica una probable discapacidad visual.
Según Pellegrino entre Navidad y Año Nuevo atendieron 20 casos graves. “Es tremendo, fue el peor número de los últimos diez años. En el 2010 fueron 8 heridos de gravedad”, cuenta.
En Capital fueron atendidas unas 97 personas. En los hospitales públicos de la Provincia de Buenos Aires atendieron a 81. “Prácticamente ingresó a las guardias la misma cantidad de pacientes que en 2011, cuando registramos una tendencia a la baja en las heridas por pirotecnia”, explicó el ministro provincial de Salud, Alejandro Collia, en un comunicado oficial.
Por su parte, Pablo Ventola, jefe de guardia del hospital Pedro Lagleyze explicó: “La cifra total de atendidos no es alarmante, pero las lesiones oculares producidas en cuatro pacientes son de pronóstico negativo”.
En el Lagleyze, se atendieron 25 personas, de los cuales dos de los pacientes graves son niños de 10 y 12 años, mientras que del resto de los atendidos el 40 por ciento eran menores de 14 años.
En el Hospital de Quemados de la Ciudad de Buenos Aires, aumentó el número de casos en relación con 2011 pero disminuyó la gravedad de las heridas.
“Sólo quedó internado un bebé de un año que sufrió quemaduras en el 6% cuando estaba en brazos de su mamá”, dijo Miriam Miño, jefa de guardia del hospital.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Ano-personas-pelean-perder-festejos_0_620338023.html
