Amamantar también posee beneficios para la madre

amamantarLa leche materna es el alimento perfecto para el bebé: tiene la temperatura justa y contiene las dosis de grasas, proteínas, minerales y vitaminas ideales para el crecimiento y desarrollo saludable del niño.

El amamantamiento no sólo cubre una necesidad fisiológica, sino que genera una comunión afectiva y emocional con su madre, por ello no sólo su valor nutricional no puede compararse con el de la fórmula -que siempre supone un riesgo para la salud del lactante menor de seis meses, ya que aumenta la posibilidad de que sufra diarrea y otras enfermedades infecciosas-, sino que el vínculo de amor que se establece entre el menor y su mamá resulta sumamente especial y repercute de manera positiva en el desarrollo social e intelectual del niño.

Entre el 1 y el 7 de agosto se celebra en el mundo la Semana de la Lactancia Materna, con el fin de proteger y promover el amamantamiento natural. Unicef y otros organismos internacionales unidos en la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA), entienden que la alimentación con leche materna no sólo protege inmunológicamente a los niños a lo largo de toda la vida, sino que también es el modo más simple, inteligente y económico para garantizar una buena nutrición en la niñez y reducir la tasa de mortalidad infantil.

“La leche materna es el principal alimento del recién nacido y amamantar es un acto de amor que estrecha vínculos entre el bebé y la mamá. La importancia de la lactancia radica en proteger al niño de enfermedades infecciosas, respiratorias, diarreas, riesgo de alergia y diabetes juvenil, y participa además en la regulación de la presión arterial y del riesgo de obesidad posterior -explicó el doctor Luciano Cassab (MN 79.867), miembro de la Sociedad Argentina de Mastología-. El amamantamiento debe iniciarse en la primera hora de vida. Se recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses: el lactante no debe ingerir ningún otro alimento, ni siquiera agua, ya que la leche materna es el alimento ideal para su crecimiento y desarrollo. Una vez que comienza con el alimento complementario, no debe abandonarse la lactancia hasta completar los primeros dos años”.

Asimismo, “está demostrado que la leche humana contiene más de 370 componentes específicos y nutrientes que disminuyen los riesgos de contraer ciertas enfermedades o infecciones tales como: síndrome de muerte súbita, obesidad infantil, diabetes, problemas digestivos, deficiencia cognitiva, cáncer, infecciones en las vías urinarias, diarrea, enfermedades respiratorias y cardiovasculares”, especificó el doctor Fernando Burgos (MN 81759), jefe de Pediatría Ambulatoria del Hospital Universitario Austral e integrante de la red “Niños sanos, niños felices”.

“En líneas generales, en el primer año de vida el niño multiplica su tamaño y triplica su peso. Además, los órganos comienzan a madurar, con lo cual aumenta la demanda de nutrientes. Por eso resulta importante que durante los primeros seis meses, y siempre que sea posible, reciba lactancia materna exclusiva”, agregó Burgos.

Además de los beneficios que la lactancia implica para la salud de los niños, el especialista destacó que esta práctica es muy ventajosa para la salud piscofísica de la madre. “Amamantar también contribuye a la salud y bienestar de la mujer, espacia los embarazos y reduce el riesgo de cáncer de mama, ya que la maduración de las células mamarias desde el estado prepuberal hasta el desarrollo de los conductos y lobulillos durante la lactancia, hace que las células más diferenciadas escapen de las influencias carcinogénicas. Asimismo los altos niveles hormonales estimulan la diferenciación celular haciendo que éstas sean más resistentes a las mutaciones observadas en ciertos tumores”, puntualizó Cassab.

Un número cada vez mayor de estudios demuestran que la lactancia materna tiene, tanto a corto como a largo plazo, efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular materno, pues actúa sobre factores de riesgo, tales como el nivel de lípidos, la obesidad, la presión arterial, la insulina y los niveles de glucosa. Por todo ello, se la debe promover tanto para la salud del bebé como de la madre. “El abandono precoz de la lactancia materna es un problema que afecta tanto a las madres como a los niños. El 26,9% de las madres tienen problemas asociados con un cese temprano del amamantamiento. El desconocimiento de la técnica, la falta de apoyo, el uso del chupete y la administración de leche de fórmula, son las principales causas de su abandono. También el tabaquismo materno, el dolor en los pezones y el temor a no tener leche suficiente para mantener al bebé, suelen ser problemas frecuentes”, destacó por su parte Burgos.

Y amplió: “Uno de los anticuerpos más importantes es la inmunoglobulina A (IgA) , que es sintetizada y almacenada en el pecho. Su función es recubrir las superficies mucosas del aparato digestivo del bebé para impedir la entrada de bacterias patógenas y enterovirus. También brinda protección contra la escherichia coli, salmonella, estreptococo, estafilococo, neumococo, el poliovirus y el rotavirus”.

En las últimas semanas, en nuestro país la lactancia materna estuvo en el centro del debate cuando policías municipales de la localidad de San Isidro impidieron a una joven amamantar a su hijo en un parque. Este hecho de violencia institucional fue rechazado socialmente, generando como respuesta más acabada que el 23 de julio, miles de mujeres con sus bebés se reunieron en plazas a lo largo y ancho del país para participar de una “teteada” nacional en defensa de la lactancia materna.

“Contrariamente al hecho repudiable de no permitir el amamantamiento en la vía pública, desde la Sociedad Argentina de Mastología incentivamos la lactancia a demanda, con la frecuencia que el niño quiera, sin que exista ninguna prohibición del momento y lugar en donde se desarrolle”, manifestó Cassab y planteó como “fundamental que el Estado respalde y promueva este acto natural, para que las madres puedan amamantar a sus hijos sin ningún tipo de impedimento ni obstáculo. Los tabúes culturales al respecto sólo operan en detrimento de la salud del bebé y la madre”.

¿Qué pasa con la salud mamaria durante la lactancia?

Teniendo en cuenta que los organismos de salud internacionales recomiendan amamantar a los niños hasta los dos años, es importante recordar que durante este período las mujeres deben realizarse los estudios mamarios de manera regular. “Desde la Sociedad Argentina de Mastología recomendamos realizarse una mamografía de base a los 35 años siempre que no se tengan antecedentes familiares de cáncer de mama, y luego una mamografía anual a partir de los 40 años.

Esta frecuencia debe mantenerse aún durante la lactancia, ya que este estudio no tiene ninguna contraindicación y es la herramienta que nos permite detectar el cáncer de mama de manera precoz”, advirtió el mastólogo y precisó: “La opacidad que ocasiona la presencia de leche en las mamas en una mamografía o la formación de quistes lácteos que se pueden presentar, dificultan la interpretación de las imágenes, por ello es importante que las madres vacíen completamente los pechos antes de acudir a la consulta, para así disminuir las posibles molestias y luego permitir una mejor interpretación de los resultados”.

Durante la lactancia, en caso de ser indicados por el especialista, además de la mamografía pueden realizarse otros estudios mamarios sin ningún tipo de riesgo, tales como la ecografía, resonancia magnética nuclear y biopsias.

 

Fuente: http://www.infobae.com/salud/2016/08/01/la-lactancia-materna-tambien-posee-beneficios-para-la-madre/

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