Un estudio permite conocer la predisposición genética a ciertas enfermedades cardiovasculares

Está destinado a jóvenes que tienen familiares, también jóvenes, con antecedentes de enfermedad coronaria. De acuerdo con el Dr. Ricardo Rey, especialista en el tema, “el análisis brinda un dato más que posibilita la puesta en marcha de ciertas medidas de prevención, aunque no certeza absoluta”.

Buenos Aires – Un estudio que actualmente se realiza en la Argentina permite conocer si existe predisposición genética a padecer ciertas enfermedades cardiovasculares.

Este sencillo análisis, que se realiza a partir de una muestra de saliva que se obtiene al expectorar el paciente dentro de un frasco, permite conocer si una persona tiene mayores probabilidades que otra de padecer enfermedad arterial coronaria, infarto de miocardio, fibrilación auricular y enfermedad arterial periférica.

“La prueba no está dirigida a cualquiera, sino que se le realiza a aquellas personas jóvenes que tienen familiares, también jóvenes, con antecedentes de enfermedad coronaria. En el caso de los hombres consideramos como barrera los 45 años, y en el caso de la mujer los 35. La idea es saber que existe un determinado riesgo para poder actuar en consecuencia. Esto permite instrumentar ciertas medidas de prevención”, explicó a PRO-SALUD News el doctor Ricardo Rey, jefe del servicio de Prevención y Epidemiología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

“Es importante aclarar que en caso que se detecte que efectivamente hay una predisposición, eso no quiere decir que el paciente indefectiblemente vaya a desarrollar alguna de las patologías mencionadas. No se trata de obtener certezas porque eso nunca es posible. Lo que pretende el estudio es saber que algo puede llegar a ocurrir para actuar”, añadió el especialista.

Las posibilidades para el desarrollo de esta prueba surgieron a partir del estudio del genoma humano que permitió empezar a entender cuáles son y cómo se desarrollan las asociaciones y pequeños cambios en la secuencia de ADN de los genes, para así conocer cuál es el riesgo de desarrollar enfermedades complejas como las cardiovasculares, aunque también algunos tipos de cáncer o problemas metabólicos.

El procedimiento en sí es sencillo. Una vez obtenida la muestra de saliva, ésta es analizada mediante el uso de plataformas genómicas capaces de estudiar simultáneamente variaciones de secuencia de hasta 300 genes distintos.

Luego, los resultados se vuelcan en una base de datos donde mediante algoritmos matemáticos, se obtienen los riesgos individuales de cada paciente de acuerdo a su información genética.

El estudio genético de riesgo también permite conocer las características genéticas de un paciente en cuanto a su capacidad de respuesta a las drogas o los riesgos de reacciones adversas a las mismas, posibilitando al médico mejorar la dosificación, monitorear más de cerca a aquellos pacientes con riesgo de toxicidad o modificar el tratamiento para lograr los mejores resultados.

Al ser consultada con respecto a la importancia de este tipo de estudios, la doctora Melina Huerin, cardióloga especialista en Prevención y Rehabilitación Cardiovascular, también del ICBA, sostuvo que “este tipo de pruebas son vitales para conocer el riesgo que tiene cada persona y empezar a modificar aquellos factores de riesgo que pueden trabajarse”.

“Las patologías cardiovasculares analizadas en este estudio pertenecen al grupo de las enfermedades complejas debido a que se originan por la interacción de distintos genes y la presión del medio ambiente. En estas enfermedades, el factor ambiental aporta entre el 60 y 70 por ciento del riesgo. Conocer el peligro permite trabajar con el paciente en la prevención modificando sus hábitos de vida. Esto es importante, sobre todo si pensamos que la enfermedad cardiovascular es actualmente una de las principales causas de muerte y de consumo de recursos sanitarios en la mayoría de las sociedades occidentales”, expuso el doctor Ricardo Rey.

“Lo que se hace una vez que se conocen los resultados del análisis de la muestra es trabajar con el paciente indicándole la necesidad de modificar ciertos hábitos, sobre todo en lo que tiene que ver con la alimentación, los horarios, el nivel de estrés y la práctica de actividad física viendo, por ejemplo, cuál sería la actividad más acertada en cuanto a posibilidades y gustos”, concluyó el especialista.

Número de matrícula de los especialistas consultados:

– Dr. Ricardo Rey: M.N. 66.021

Fuente:  http://prosalud-news.com.ar/cables/13-02-12-riesgo-cardiaco.html

 

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