Salud en época de pandemia: recomendaciones para la vacunación antigripal en la Argentina

En el escenario actual de pandemia por coronavirus se anticipó y triplicó la demanda de vacunas antigripales en el país. Esta situación, sumada a ciertas dificultades de stock, distribución, licencias del personal de salud, medidas de distanciamiento social y modificaciones en el los circuitos habituales de aplicación, generan que muchas personas comprendidas en los grupos de riesgo aún no hayan podido recibirla.

Por eso, es importante llevar tranquilidad y mensajes claros. Primero, recordar que estamos en los comienzos de la campaña de vacunación, por lo tanto hay tiempo para vacunarse en los meses de otoño e invierno.

A los adultos mayores de 65 años, embarazadas, personas con enfermedades crónicas renales, respiratorias, cardíacas, obesidad, diabetes o inmunocompromiso y menores de dos años que no consiguen la vacuna antigripal, hay que explicarles que, si bien es fundamental que se vacunen como todos los años para prevenir la gripe y sus complicaciones, la vacuna antigripal no previene el coronavirus; y que la razón por la que este año se hizo más énfasis en que estos grupos con mayor riesgo se vacunen lo antes posible, fue para evitar la circulación conjunta de la gripe y el coronavirus: dos enfermedades que tienen síntomas similares y que pueden provocar neumonía. Quien presente síntomas, debe comunicarse con su médico o a las líneas telefónicas de COVID-19 de cada provincia, independientemente de que se haya vacunado o no contra la gripe.

Estamos en la Semana de Vacunación de las Américas desde el 25 de abril hasta el 2 de mayo. En este marco, insistimos como siempre en la necesidad de vacunarse y nos alegra ver que en estos meses una gran parte de la población ya lo ha hecho. Sin embargo, para quienes estén en listas de espera al aguardo de recibirla, es necesario transmitirles que hasta el 25 de abril de 2020 hay menos notificaciones de enfermedad tipo influenza que en años anteriores, según el Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación. Puede haber distintas causas, entre ellas, el mismo aislamiento que disminuye la transmisión de COVID-19 también reduce las posibilidades de contagio gripal. Además, la suspensión de las clases probablemente disminuya la circulación de los virus respiratorios, ya que por lo general son los niños quienes contagian a los adultos.

Asimismo, hay que considerar que este año el Ministerio de Salud de la Nación emitió nuevas recomendaciones para la vacunación antigripal en contexto de pandemia: a nivel público se desarrolla de manera escalonada, con una primera etapa para el personal de salud y mayores de 65, una segunda instancia para embarazadas y menores de 2 años, y una tercera para personas de 2 a 64 años con factores de riesgo.

Por otro lado, durante el aislamiento social preventivo y obligatorio se busca evitar la circulación y aglomeración en los vacunatorios de los adultos mayores y su contacto con otros grupos poblacionales, es por eso que la autoridad sanitaria nacional autorizó a cada jurisdicción para que habiliten, según su criterio, postas de vacunación en: supermercados, farmacias, dependencias de las fuerzas de seguridad como sedes de bomberos o policía, oficinas públicas como ministerios y secretarias de salud, desarrollo o educación, plazas, iglesias, clubes, bibliotecas, entre otros. También se dispuso la organización a través de turnos o por terminación del documento nacional de identidad para evitar concurrencias masivas.

Otra medida importante que tomó el Ministerio para minimizar los contactos innecesarios de esta población con el sistema de salud, evitar la circulación y aglomeración, es la de promover la vacunación de personas pertenecientes a grupos de riesgo sin la necesidad de presentar la orden médica como un requisito excluyente. En su reemplazo, cada ciudadano puede presentar cualquier documentación que certifique la existencia de enfermedades preexistentes incluidas entre los factores de riesgo enumerados.

En nuestro país tenemos vacunas antigripales trivalentes (que protegen contra dos cepas del tipo A y un linaje del tipo B) y también cuadrivalentes (que agregan protección contra un linaje más del tipo B). Todas son efectivas y seguras. Si bien las cuadrivalentes aportan un 20% más de protección, las trivalentes son también útiles y eficaces para prevenir la gripe y sus complicaciones.

La pandemia de COVID-19 nos enfrenta a todos a grandes desafíos de diversa índole. Es más necesario que nunca comprender que se trata de una situación extraordinaria, con necesidades y características diferentes a las habituales. Nuestro agradecimiento al personal de enfermería, farmacéuticos, agentes sanitarios y vacunadores, quienes a lo largo de todo el territorio nacional colaboran para llevar adelante estas nuevas estrategias de vacunación, con una demanda que llega a triplicar la de otros años y con las medidas de distanciamiento social que hacen más lento y dificultoso el proceso.

 

Fuente: https://www.infobae.com/salud/2020/05/04/salud-en-epoca-de-pandemia-recomendaciones-para-la-vacunacion-antigripal-en-la-argentina/

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